domingo, 11 de mayo de 2014

Testimonios de la verdad

Estamos celebrando la 51ª jornada de la oración por las vocaciones con el tema escogido para la ocasión: “Las vocaciones, testimonio de la verdad”. Una oportunidad magnífica para responder a este gran desafío de la iglesia en un mundo confundido que sabe hacer leña del árbol caído por tantos escándalos y malos manejos de sus pastores.

“La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies”. (Mt 9 35-38) Ésta es pues la oración que Cristo dirige a su Iglesia para incrementar el número de los llamados a seguir esta propuesta del maestro. Porque sólo los generosos saben responder a la invitación del Señor sin olvidar que este camino no deja de ser difícil pero lleno de satisfacciones. Porque sólo los que tienen un corazón sensible  a las necesidades de los demás saben descubrir y dar  esperanza. Porque sólo los valientes hemos decidido seguir las huellas del que nos llamó para hacer de este mundo una antesala del cielo.

Sí, muchos hemos sido los llamados y pocos nos hemos decidido a responder con prontitud a esta invitación. Muchos seguimos escuchando la llamada del Señor que nos interpela a seguirle para acompañarle en esta maravillosa y fecunda tierra de la Iglesia. Muchos hemos optado por este estado de vida que nos llena de tantas experiencias y satisfacciones. Porque seguir a Cristo nos trae la recompensa del ciento por uno en esta vida y en la vida eterna.

Aceptar el reto de seguir construyendo un mundo mejor requiere de ese esfuerzo por conquistar y elegir a corazones que sepan vibrar al unísono de la Iglesia y que quieran con generosidad responder a la invitación. El enemigo número uno de la llamada del Señor está en esa terrible y abominable cultura de la no renuncia a la comodidad, a lo placentero y sutil pereza que carcome la vida personal.

Nuestra oración que elevamos por cuantos han respondido también se debe reflejar en nuestra aportación monetaria para apoyar a cuantos se forman en nuestro seminario. Esa semilla ira creciendo con cariño, colaboración e interés, gracias a tu interés por poner tu granito de arena en la construcción de estos futuros sacerdotes. No seamos indiferentes y sintámonos buenos padrinos y bienhechores de estas vocaciones de la Iglesia.

15 nuevos diáconos serán ordenados sacerdotes este 13 de mayo. Qué bendición para nuestra diócesis. Ellos necesitan de nuestra oración, de nuestro presencia y de nuestra ayuda que no es indiferente a sus necesidades. El sacerdote siempre es un testimonio de la verdad y camina en este mundo para iluminar y dar consuelo a tantas familias ansiosas del amor de Dios. No apaguemos ese fuego que quiere extenderse para consumir la mentira, el odio y la falsedad que reina en cada rincón de nuestro mundo.

Ser sacerdote de Cristo, no solo vale la pena, vale la vida misma para ir contra corriente y ser testigo de la Resurrección de Cristo. Que María Santísima, Reina y maestra de las vocaciones  siga cuidando, velando y protegiendo  a todos los llamados a esta excelsa y apasionante vocación. ¡Hablemos claro!





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