domingo, 30 de marzo de 2014

¿Alegría en Cuaresma?

Este cuarto domingo de Cuaresma es considerado como el domingo de la alegría. Parece contradictorio que en este tiempo de conversión, de penitencia y sacrifico fijemos nuestra mirada y nuestra reflexión en la alegría.

Se trata ni más ni menos de hacer una pausa en este itinerario cuaresmal para preguntarnos desde lo más profundo del corazón, si somos conscientes del momento privilegiado que estamos por vivir con el gozo de nuestra redención, Cristo muere por nuestro pecados por amor y resucita. De esta manera vence al pecado, a la muerte de nuestras pasiones para darnos vida.

Cuando nuestro corazón no late de alegría en el encuentro personal con Cristo, de la experiencia maravillosa de Él, puede ser que sin darnos cuentas tenemos tapadas las venas y arterias de nuestra soberbia, del orgullo ruin y egoísta, del ensimismamiento de nuestras pasiones que nos ciegan y nos hace tropezar continuamente para no avanzar en el camino que nos lleva a Él. Nos convertimos en esclavos de nuestro pecados.

Una manera de experimentar la alegría en esta cuaresma está cuando sabemos aprovechar la ocasión para hacer una buena confesión. En muchos lugares ya hay programados momentos fuertes de la gracia, como son los actos penitenciales en diversas parroquias y decanatos. Así como la campaña 24 horas para el Señor, donde se propuso que durante un día completo haya al menos una iglesia abierta en cada diócesis del mundo para que quien quiera pueda confesarse. Iniciativa impulsada por el Papa Francisco.

El valor de la confesión reside precisamente en la gracia del perdón y llega hasta las raíces de las faltas cometidas después de nuestro bautismo, sanando las imperfecciones y desviaciones para darnos la fuerza de una conversión real y totalizante.

Hoy por hoy, el gran vacío y la tristeza que opacan nuestra buenos deseos e intenciones, sólo pueden ser llenado por la misericordia de Dios. No olvidemos que muchas veces nos vemos salpicados por el lodo y veneno, tan mezquino del pecado. Somos esos hijos que desperdiciamos nuestra propia libertad para seguir los falsos espejismos de felicidad aparente en el alcohol, en el sexo, en los vicios cotidianos que nos presenta el maligno.

Pero no todo está perdido, Dios no nos olvida, como el Buen Pastor no nos abandona jamás, nos acoge una y mil veces, como un padre paciente nos espera siempre respetando nuestra libertad y permaneciendo fiel. La alegría de Dios es perdonarnos y qué mejor hacer esta experiencia que nos contagia para ser al mismo tiempo, hombre y mujeres de la alegría.

Cuánto cautiva ese gozo profundo que se manifiesta con humildad en una sonrisa, en un gesto alegre. Cuánta paz y serenidad nos trasmite ponernos delante de Él y abrirle el alma como nos invitaba San Ignacio de Loyola: “Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste, a ti, Señor, lo torno. Todo es tuyo. Dispón de todo según tu voluntad. Dame tu amor y tu gracia, que ésta me basta. Amén”.


Nos pueden faltar muchas cosas materiales, podemos estar pasando por un momento difícil, etc; pero seamos alegres, porque Él es nuestra alegría, no permitamos que nadie nos robe esa alegría que nos trae Cristo con su Amor, con su Libertad, con su Entrega, con su Generosidad, con su Respeto, con su Integridad, con su Amistad. ¡Hablemos claro!

domingo, 23 de marzo de 2014

“Hakuna matata”. ¡Es Cuaresma!

Nos encontramos a la mitad del camino recorrido en esta cuaresma. El tiempo se desgrana irremediablemente y sin interrupción. Por eso es necesario preguntarnos cómo van nuestros propósitos, programas y decisiones que con tanta ilusión nos marcamos al inicio. Cada día es una oportunidad para renovar con entusiasmo nuestra generosidad sin límites. Es momento de ajustar nuestra vida.

Nos viene muy bien recordar cuáles son las tres actitudes básicas para seguir recorriendo este camino cuaresmal: limosna, oración y ayuno. Son la oportunidad de oro para avanzar cada día detrás de la cruz de Cristo y llegar a coronar nuestro esfuerzo sincero por ser mejores católicos.

Limosna. Es el gesto de compartir tiempo, ayuda y consejos, creando un espacio de generosidad y de verdadera caridad para salir de nosotros mismos y pensar en los demás, en el que más lo necesita, el de la esquina de la calle, en el que toca a la puerta, en el que tenemos en el propio hogar y a veces somos tan indiferentes y egoístas. Somos tristemente, la mayor de las veces: “luz de la calle y oscuridad de la casa”.

Oración. Además de disfrutar de esos largos ratos de diálogo con Él para conocerlo, escucharlo y amarlo, cuánta falta nos hace acercarnos a Dios para hacer un buen examen de conciencia y aprovechar para una confesión general. Qué paz y serenidad respiramos en el interior. Es ponernos en la presencia de Dios, reconociendo nuestra condición humana y depositando en Él nuestra confianza.

Ayuno. Por naturaleza somos reacios a desterrar y huir del sacrificio, de la renuncia y la abnegación. Sin embargo, qué bien nos hace poder ofrecer esas pequeñas contrariedades por amor a Dios. Son un bálsamo que fortalece nuestra alma y la hacen más digna de Él, además es una manera de reparar por nuestras debilidades, miserias y pecados cometidos.

“Hakuna matata”. No es hora de complicar nuestra existencia, ya de por sí la vida es un desafío como para hacerla odiosa. Admiro a tantos hombres y mujeres que con gran talante y sencillez de espíritu trabajan en su corazón y en su entorno familiar y social por hacer llevadero el día a día. Como lo escuchábamos hace poco en el evangelio: “Bástele a cada día sus problemas” (Mt.6, 34)

Ya más de alguno me ha dicho: “Padre, he roto mi promesa, no he cumplido mis propósitos…” “Hakuna matata” nuestra vida es un lucha continua, la escritura nos dice: “El que persevera hasta fin se salvará”. (Mt. 10, 22). Simplemente les digo que no es tiempo de anidar en el corazón el desaliento, la desgana o la flojera. Con mayor razón hay que levantarse con humildad y continuar adelante con redoblado esfuerzo por no dejar pasar esta oportunidad de sacar todo el jugo a este tiempo de conversión y cambio. 

En fin, hay muchas oportunidades que podemos practicar para crecer en nuestra vida espiritual. Lo importante es saber acoger a Cristo y darle cabida en el corazón. Él es la palabra viva del Padre, es la Verdad que nos libera y nos hacer gozar de felicidad.


La clave está en aplicarnos y no dejar que pasen los días sin darles ese toque de autenticidad. Está comprobado, yo personalmente no conozco a nadie perfecto, sólo conozco a personas con defectos,  imperfecciones y debilidades que valen la pena quererlas, apoyarlas y ayudarlas. Esta es mi rica misión como sacerdote. Es hora de volver a Dios y no aflojar el paso. “Hakuna matata” no te angusties, no hay problema, es Cuaresma. ¡Hablemos claro!

domingo, 16 de marzo de 2014

Las tres "R" del Papa Francisco

El Papa Francisco está celebrando su primer año de pontificado. Nadie sabía ni esperaba que esta elección del pasado 13 de marzo del 2013 por la tarde, cuando el reloj marcaba las 8:25 pm, la fumata blanca elevada sobre la Capilla Sixtina irrumpía con gran algarabía y emoción en el corazón de cada católico presente en la Plaza de San Pedro y de todos los que lo seguíamos por medio de la televisión. Aquel humo se alzaba imponente en medio de la oscuridad y de la lluvia desafiando y disipando las quinielas y pronósticos del momento, no solo de la prensa. Era el inicio de un pontificado que con firmeza anunciaba, a mi modo de ver, el camino de las tres R. Renovación, Reforma y Revolución.

Este anuncio, era una continuidad pedida por el Concilio hace medio siglo para incorporar en este camino a toda la Iglesia, que no quiere permanecer cerrada y anclada en sus propias tradiciones y golpeada por los innumerables escándalos de muchos de sus pastores. No olvidemos que la Iglesia es la esposa de Cristo que con sabia y fino tacto es conducida por el Vicario de Cristo bajo la protección del Espíritu Santo. Entre los muchos aspectos de este trinomio, destaco algunos puntos.

Renovación. La apuesta del Papa Francisco para impulsar a la Iglesia se dirige a los jóvenes. Basta recordar en su encuentro con ellos en Brasil, donde les marcó tres ejes para vivir la Fe, “tres sencillas actitudes, tres simples posturas: conservar la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegría. Sean protagonistas de la historia, pateen para adelante, construyan un mundo mejor, jueguen adelante siempre. No balconeen la vida, métanse en ella como hizo Jesús. Hagan lío, salgan  afuera, si la Iglesia no sale, se convierte en una ONG (organización no gubernamental).

Reforma. “No tengamos miedo a revisar algunas costumbres y normas de la Iglesia”, dijo en un documento en uno de los puntos más fuertes de la exhortación la Alegría del Evangelio. “No hay que hacer pesada la vida de los fieles” comentó citando a Santo Tomás de Aquino y escribió: “En su constante discernimiento, la Iglesia también puede llegar a reconocer costumbres propias no directamente ligadas al núcleo del Evangelio… pueden ser bellas, pero ahora no prestan el mismo servicio en orden a la trasmisión del Evangelio. No tengamos miedo de revisarlas. Del mismo modo, hay normas o preceptos eclesiales que pueden haber sido muy eficaces en otras épocas pero que ya no tiene la misma fuerza educativa como causes de vida”.

Revolución. Se trata de una revolución espiritual, una conversión pastoral que comienza por el interior, por una mayor coherencia y santidad en los propios cristianos, en los pastores de la Iglesia y en cada fiel. No es que el Papa va a cambiar la doctrina de la Iglesia, ni se trata tampoco de renovar estructuras eclesiales, etc. Sino sobre todo de mejorar las conductas, de hacerlas más evangélicas y por eso, más atractivas y alegres para todos los hombres y mujeres de hoy. La llegada del Papa Francisco es una bocanada de aire evangélico que no pretende cambiar por cambiar sino de impulsar el camino de una Iglesia que toque las fibras de todos, en especial a los de la periferia.

Su estilo tan sencillo y profundo, marcada por una gran sonrisa ha despertado una renovada esperanza, con sus gestos y lenguaje de la calle, hace accesible la frescura y profundidad del mensaje evangélico. Muchas felicidades Francisco, eres la Alegría del evangelio, oramos por ti. ¡Hablemos claro!




domingo, 9 de marzo de 2014

¡Te reto a vivir la Cuaresma a tope!

Iniciamos este maravilloso tiempo litúrgico de la Iglesia conocido como la Cuaresma, una oportunidad  excelente de cambiar, de hacer un examen profundo y ver lo que tengo qué corregir, lo que tengo qué transformar en mi vida. La clave está en insistir, resistir y persistir en nuestros buenos propósitos para no ceder a la tentación de practicar la declinación mi egoísmo: yo, de mí, para mí y a mí.

En esta semana corre por las redes sociales el reto de varios jóvenes y señores que se filman tomando una cerveza de un tirón y retan a otros tres amigos desafiándolos a cumplir en 24 horas y si no se comprometen, pagarán un six, su próxima borrachera, etc. El caso es que me llamó la atención porque varios son jóvenes que en su día ayudé y colaboré en su formación. No puede contener mi inquietud y a varios los reté a que mejor en esta Cuaresma no probaran una gota de alcohol. Hubo quien me contestó que no aceptaba el reto y le respondí: “Lo sabía, sólo los valientes y de gran corazón afrontan y enfrentan los verdaderos retos”.

También hubo quien me reto a que si me tomaba la cerveza como él, dejaba de consumir alcohol durante la Cuaresma. Le dije: “Que su propuesta era muy buena, pero que era una lástima que no aceptara mi reto. Y repetí que sólo los valientes y de gran corazón seguimos a Cristo, que después del día tan maravilloso que viví el miércoles de ceniza, en el que Dios me permitió confesar durante 9 horas (4 por la mañana y 5 por la tarde sin interrupción) no iba a rebajarme en esta Cuaresma, sin olvidar que la humildad abre las puertas y la prepotencia las cierra.

Me ha sorprendido notablemente otro tipo de retos donde los videos ahora tratan de hacer algo por los demás, por los más débiles, por los pobres, por los que tienen una especial necesidad. Tengo que confesar que me han conmovido mucho. Vale la pena hacer este esfuerzo y buscar en este tiempo salir del confort de nuestra vida para ejercitarnos, es un deporte de alto riesgo en favor de tantos que nos necesitan.

El Papa Francisco en su mensaje para la Cuaresma nos decía: “Queridos hermanos y hermanas, que este tiempo de Cuaresma encuentre a toda la Iglesia dispuesta y solícita a la hora de testimoniar a cuantos viven en la miseria material, moral y espiritual el mensaje evangélico, que se resume en el anuncio del amor del Padre misericordioso, listo para abrazar en Cristo a cada persona. Podremos hacerlo en la medida en que nos conformemos a Cristo, que se hizo pobre y nos enriqueció con su pobreza.

La Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse; y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele”.

Se trata nada menos que nuestros propósitos estén orientados a la atención y responsabilidad de las miserias humanas de los más desvalidos. De tocarnos el corazón y no ser indiferentes al que llama a nuestra puerta, al que nos encontramos en las esquinas de la calle, de la plaza, en cualquier rincón de nuestra ciudad. Sin olvidar que nuestra verdadera miseria es no vivir como hijos de Dios y hermanos de Cristo. ¡Hablemos claro!





lunes, 3 de marzo de 2014

¡QUÉ PECADO ES EL CARNAVAL!

Sin creerlo a nivel mundial hemos convertido los tres días previos al miércoles de ceniza en un largo “fin de semana” de perdición, de ofensa y de pecado a Dios. El caso es que ya no tenemos la noción del pecado en nuestras vidas y nos hemos convertido en esclavos dopados de falsa libertad tratando de aparentar una felicidad grosera de desenfreno para dar rienda suelta a lo más mezquino y pasional de nuestra vida. Más aún, me resulta chocante cómo los medios de comunicación se han encargado de darle vuelo, hasta parecer escandaloso su mensaje.

Como botón de muestra, se han hecho famosos los carnavales de Nueva Orleans, de Canarias, de Veracruz, de Mazatlán y sin pasar por alto el carnaval de Brasil, donde la SMS (Secretaría Municipal de Salud) cada año anuncia como novedad que distribuyen gratis la pastilla del día después, más de 10 millones de condones, etc. Claman al cielo estas propuestas. Y sin olvidar todos los excesos del alcohol, drogas…

Tres son los elementos más comunes a todos los carnavales en las ciudades y pueblos en que se celebran.

1) Culto al cuerpo: Esto no es de ahora. La exaltación del cuerpo aparece como prioridad fundamental. Y el origen radica en las fiestas romanas. Los soldados imperiales elegían al más guapo y lo proclamaban rey por un día. Las cosas han cambiado pero el fondo sigue siendo prácticamente el mismo.

2) El disfraz: Al adentrarse en el estudio de las fiestas, es curioso observar cómo todas ellas tienen un origen basado en lo religioso. El disfraz, antes, era una forma empleada para librarse de la influencia de los malos espíritus. Y una forma de lograr este objetivo, era colocarse la máscara para que no reconocieran a la verdadera persona. Otros dicen, al contrario, que era un modo de congratularse con los espíritus poniéndose en el rostro máscaras que, de algún modo, pudiesen imitarlos. Así se veían libres de su maleficios y obtenían su benevolencia.

3) Lo grotesco. Este tercer elemento es, sin duda, el que más se exalta. Se trata de una auténtica locura en la bebida, comida, ruptura con todas las normas y costumbres y todo ello en una atmósfera en que la alegría se pasa en muchas ocasiones por efecto de lo que se bebe y se come. Son unas fechas en las que impera el libertinaje, días en los que muchos sienten la necesidad de hacer lo que en otros momentos no lo pueden llevar a cabo.

En otras palabras se ha llegado al descontrol y permisividad, abuso del vestido, lo lúdico se ha cambiado por la desnudez y chabacanería, y lo cultural por expresiones que dejan mal parada la dignidad de las personas, principalmente  de las niñas, adolescentes y jóvenes, atentando también contra el respeto hacia los espectadores que de entrada deben cuidarse sabiendo a qué clase de “diversión” o “espectáculo” van.

El pudor y la modestia naturales parecen haber desaparecido en ciertos lugares, incluso a veces en algunos espectadores exacerbados, que pueden ser los mismos padres, abuelos, hermanos de aquellas y de aquellos que pareciera no tener traje que el del Adán primitivo.

Para desagraviar todo esto, dedicamos nuestra oración para reparar tantas ofensas que se cometen en estos días. Desde lo más profundo escucho aquellas palabras que dijo el Sagrado Corazón a Santa Margarita María de Alacoque: “ Mira este corazón que tanto ha amado a los hombres y que sólo recibe de ellos ingratitudes y desprecios. Al menos tú ámame”. Preparémonos a vivir este inicio de la Cuaresma con intensidad. ¡Hablemos claro!