domingo, 3 de noviembre de 2013

Santos de Fe

Iniciamos este mes con la festividad de todos los santos. Es una llamada e invitación a ser santos en la vida diaria, en el hogar, en la familia, en el trabajo, en la escuela… Ellos son modelos para nuestras vidas de todos los días. Hay una realidad muy bella de nuestra fe, la comunión de los santos.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda que este término hace referencia a la comunión en las cosas santas, y la comunión entre las personas santas (núm. 948). El segundo significado: es una verdad entre las más reconfortantes de nuestra fe, porque nos recuerda que no estamos solos sino que hay una comunión de vida entre todos los que pertenecen a Cristo. Una comunión que nace de la fe; de hecho el término "santos" se refiere a aquellos que creen en el Señor Jesús, y se incorporan a Él en la Iglesia a través del bautismo. Por eso, los primeros cristianos fueron llamados también "los santos" (cf. Hch. 9,13.32.41; Rm. 8,27; 1 Cor. 6,1).

Por otro lado, me ha llamado atención el tema de la audiencia del pasado miércoles en la plaza de San Pedro. El Papa Francisco con mucha normalidad tan característica de él, habló de las inseguridades y de las dudas de fe que se experimentan durante el camino de la vida. Comentó que él mismo las ha tenido y que para afrontarlas es necesario no encerrarse en uno mismo, porque la fe de todo cristiano necesita el apoyo de los demás sobre todo en los momentos de dificultad. Así lo decía: “Pero, ¿quién de nosotros -todos, todos- no ha experimentado inseguridades, temores? Y también dudas en el camino de la fe. ¡Todos! Todos hemos experimentado esto. También yo. Todos. Es parte del camino de la fe. Es parte de nuestra vida. No debe asustarnos porque somos seres humanos llenos de fragilidad y límites”. 

Añadió que un camino para salir de esas dudas y dificultades es tener la humildad de pedir ayuda a los demás. 

“Todos somos frágiles, todos tenemos límites. No hay que asustarse. Todos los tenemos. Todavía en esos momentos de dificultad es necesario confiar en la ayuda de Dios mediante la oración fraterna, y al mismo tiempo es importante encontrar el coraje y la humildad de abrirse a los otros para pedir ayuda, para pedir una mano”. 

Este mes es muy significativo, se concluye el año de la Fe; con la festividad de Cristo Rey Universal, cerramos el tiempo ordinario para prepararnos al adviento y personalmente será un aniversario sacerdotal más. Como vemos hay motivos suficientes para continuar trabajando por ser santos y no desfallecer en el camino de la fe.

De hecho la Intención General mensual del Apostolado de la oración, que el Papa propuso es “para que los sacerdotes que experimentan dificultades sean confortados en su sufrimiento, sostenidos en sus dudas y confirmados en su fidelidad”. Hablemos claro!









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